miércoles, 3 de julio de 2013

La ciudad

Cuarta narración

El gorila


Tenía mucho tiempo sin hacer fiestas de piyamas, recordaba que era divertido ¿Si no porque lo había hecho en mi pre adolescencia? Ahora lo haría de nuevo y esperaba que ese gusto juvenil me quitara de la cabeza el calor creado por la estupidez colectiva que acababa de ver en la tarde; pasé una calle de la avenida principal hasta llegar a mi parada de bus, había un supermercado detrás de mí, lo ignoré, tenía ganas de entrar y verificar el estado de los productos –es decir ¿Tenían pollo? Porque desde hacía dos meses que no veía un pollo- pero seguí esperando el transporte desquiciante que pasaba una vez mil años, nunca tenía suerte con ese bus, pero lo divisé en la distancia, era un día diferente, hasta que una mujer pasada de peso –No sé con qué si el sueldo apenas alcanzaba para comer- se puso a mi lado con una bolsa con tres pollos ¡Pollo! Quería comprar pollo pero el bus venía a toda velocidad ¿Bus o pollo? Me acerqué a la puerta, el vigilante me dio una mirada interrogativa ¿iba a entrar? Pero entonces un empleado gritó a todo pulmón ¡No hay más pollo! Y una multitud gritó como loca repitiendo el anuncio pero con ganas de convertirse en asesinos, me retiré un par de pasos, las personas se amontonaron y gritaron más fuerte ¡El pollo! Una mujer chilló y otro hombre gimió, eso se convertiría en una masa sin raciocinio y enfadada, me alejé más y corrí hasta el bus que se acababa de estacionar en frente de la parada, por lo menos tomaría el bus, en eso la máquina aceleró y me dejó atrás respirando smoke. Odiaba a esa buseta. Pero tenía una fiesta de piyama y eso debía hacerme sentir mejor, hasta que Ness encendió la televisión y apareció él hablando, con su lenguaje mediocre y sus obscenas maneras, su forma de maldecir y sus asquerosos ojos que resumían pretensión. Resentido social. Me quedé quieta mientras hablaba boberas acerca de lo que fuese, su bigote, su movimiento de cejas y la prepotencia en su voz ¿Qué haríamos con ese gorila “manguanson”? me encogí de hombros y terminé de ver la cadena en la televisión. Todo iba de mal en peor.

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