Quinta narración
Lujos
Me gustaba pasar por los centros
comerciales y solo ver –porque últimamente todo estaba tan caro que daba dolor
gastar un solo bolívar- me paseaba por las vitrinas, todo era tan bello, tenía
tanto color, pero ni mi mensualidad pagaría uno de esos bolsos o una de esas
maletas estampadas con los lugares del mundo. Revisé una tienda de ropa donde
casi se me salen los ojos al ver el precio de un traje de baño –optaría por
dejar de ver las etiquetas- una de carteras, otra de zapatos, una de
electrónica, el centro no era muy grande pero tenía cosas bonitas. Jessica se
puso a un lado de mí, dejó salir un soplido y admiró unos zapatos con anhelo, eran
lindos, muy lindos, pero gastar era un lujo –sobre todo en unos zapatos tan
caros como esos- fruncí el ceño, no era justo, las hijas de los incompetentes
al mando del país se compraban franquicias antes del desayuno, si yo gastaba en
un bonito desayuno elaborado me sentía mal. Me saqué la idea del gasto y
seguimos caminando, tiendas y más tiendas, eso se estaba convirtiendo en una
mala idea, sobre todo si me gustaba todo. Evitaría el centro comercial de ahora
en adelante.
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